*Este Tema lo daremos en unas 6 sesiones o clases, entre el 23 de Noviembre y al 5 de Diciembre
En el último tercio del siglo XIX, una serie de innovaciones tecnológicas impulsaron una segunda fase de la industrialización, que conocernos como Segunda Revolución Industrial.
El avance tecnológico fue el resultado de una estrecha relación entre la investigación científica y su rápida aplicación práctica en Ia industria. Las principales innovaciones fueron:
- El uso de dos nuevas fuentes de energía, la electricidad y el petróleo, destronó al carbón. La electricidad, más limpia y barata, tuvo múltiples aplicaciones: Ia industria (maquinaria), las telecomunicaciones (teléfono, telégrafo,radio), el alumbrado (bombilla), el ocio (fonógrafo, cinematógrafo) y el transporte.
- Los nuevos medios de transporte redujeron el coste y Ia duración de los viajes. La electricidad se aplicó al ferrocarril y renovó el transporte urbano (tranvía y metro). El petróleo y sus derivados tuvieron su principal aplicación como combustible del motor de explosión en los primeros automóviles, en los barcos y en la aviación, que empezó a desarrollarse a principios del siglo XX.
- La expansión de redes de telegrafía y el teléfono permitieron Ia difusión instantánea de información frente al antiguo correo postal.
- El desarrollo de nuevos productos (vidrio, fibras artificiales, abonos y tintes químicos, caucho, explosivos), junto al de las nuevas fuentes de energía, impulsó nuevos sectores productivos. La industria siderúrgica creció por Ia producción masiva de aluminio y acero en la construcción de buques, y la metalúrgica, gracias a Ia fabricación de automóviles y aparatos eléctricos.
Estas innovaciones tecnológicas estuvieron acompañadas de una nueva organización del capital y del trabajo con la aplicación del taylorismo (1), que activó un proceso de concentración industrial.

1.2. El aumento del comercio
La segunda gran oleada industrializadora conllevó un aumento del comercio y Ia renovación de los sistemas de venta.
El volumen del comercio internacional se multiplicó por siete entre 1850 y 1914, gracias a los progresos del transporte (redes de ferrocarriles transcontinentales, apertura de los canales de Suez en 1869 y Panamá en 1914) y la producción masiva de bienes cada vez más diversificados, que permitió una reducción de su precio.
El comercio interior también conoció una gran expansión. El aumento de los salarios obreros y los nuevos sistemas de venta (a plazos y mediante préstamos bancarios) inauguraron la era del consumo de masas que se desarrolló en la década de 1920. La necesidad de generar más consumidores para absorber el aumento de la producción revolucionó los sistemas de venta. Así aparecieron los grandes almacenes, unas superficies comerciales polivalentes que ofrecían una gran variedad de productos, a precios más bajos que las tiendas tradicionales.
1.3. Crecimiento demográfico y migraciones
La mejora de la dieta como resultado del descenso de los precios de los alimentos, Ios progresos médicos y sanitarios (vacunación, control de las aguas...) para combatir las grandes epidemias (tifus, cólera...) y el desarrollo económico estimularon una nueva fase de crecimiento de la población europea.
El descenso de Ia mortalidad, especialmente de la infantil, permitió el aumento de la esperanza de vida. Aunque las tasas de natalidad iniciaron un paulatino descenso, entre 1850 y 1914 la población europea conoció el mayor aumento de su historia: de 275 millones de habitantes a 460.
El aumento demográfico fue acompañado de una reducción del empleo ante la gran depresión agraria en Europa, provocada por Ia llegada de granos y otros alimentos más baratos desde América y Rusia. Ello provocó un gran aumento de la emigración, alentada por Ia posibilidad de progresar en el Nuevo Mundo.
Entre 1880 y 1915, de los más de 32 millones de europeos que abandonaron el continente, un 59,4% se dirigió a Estados Unidos. Paralelamente, entre 1800 y 1914, seis millones de rusos cruzaron los Urales para establecerse en Siberia.


2.1. Las causas del imperialismo
A finales del siglo XIX, el avance de la industrialización y la competencia entre países empujó a las principales potencias europeas a conquistar y colonizar sistemáticamente amplias zonas del mundo (imperialismo). Las motivaciones que llevaron a los europeos a la creación de imperios coloniales son diversas.
Políticas y demográficas
El dominio de los mares y la posesión de colonias eran signo de poder político y de prestigio internacional. Además, las colonias se convirtieron en enclaves estratégicos de las potencias europeas para incrementar su poder militar en todos los continentes.
Por otra parte, los territorios conquistados permitieron el establecimiento de muchos europeos que en sus países de origen no prosperaban. Aunque la mayor parte de la emigración de este periodo se dirigió hacia América o Australia, algunas colonias como Argelia se convirtieron en importantes asentamientos de colonos europeos.
Económicas
Europa dominaba la economía mundial y sus industrias aspiraban a ampliar los mercados para vender sus excedentes de producción y asegurarse el abastecimiento de materias primas, se buscaba el beneficio económico.
Con este fin, los europeos pusieron en explotación los recursos coloniales aprovechando el bajo coste de Ia mano de obra indígena. Se apropiaron de enormes territorios para establecer plantaciones (cacao, té, azúcar, caucho, café...), pusieron en explotación los recursos mineros (cobre, oro, diamantes...) y construyeron grandes infraestructuras para facilitar su transporte (lineas ferroviarias, carreteras...).
Culturales e ideológicas
En el siglo XIX, las expediciones geográficas impulsadas por sociedades científicas dieron a conocer la existencia de territorios inexplorados hasta entonces y de formas de vida y culturas muy diferentes a las de Europa.
La conquista colonial, que aprovechó las rutas abiertas por los exploradores, se apoyaba en una concepción racista basada en la superioridad de la raza blanca. Los europeos consideraban que los africanos o asiáticos eran razas inferiores y salvajes, por lo tanto había que obligarles a abrazar la religión correcta (Cristianismo) y la cultura adecuada (Europea) para sacarlos de su "barbarie" ("La carga del hombre blanco", según Rudyard Kipling).

2.2. La expansión colonial
En el último tercio del siglo XIX, las potencias europeas se lanzaron a la conquista de extensas zonas de África y Asia. La rivalidad entre potencias desató una verdadera carrera colonial por conquistar y dominar nuevos territorios.
África, un territorio relativamente poco poblado, fue el continente más colonizado. En él rivalizaron el proyecto británico (dominio de la fachada oriental de norte a sur) y el proyecto francés (dominio de una franja de este a oeste).
Más tarde otros Estados (Alemania, Bélgica, Portugal...) también se asentaron en África. Ante la creciente rivalidad se convocó la Conferencia Internacional de Berlín (1885), que estipuló las condiciones para ocupar nuevos territorios por parte de las metrópolis y estableció las diferentes zonas de influencia.
En Asia, la colonización británica se centró en la India, donde la Compañia Británica de las Indias Orientales poseía desde el siglo XVII algunos enclaves (Madrás, Calcuta y Bombay). En 1876, Ia reina Victoria fue proclamada emperatriz de la India, considerada la "joya de la Corona". Los británicos también se expandieron por Birmania y Malasia y controlaron Australia.
Francia tuvo su centro de expansión en lndochina, donde en 1887 estableció la Unión Indochina (actuales Vietnam, Laos y Camboya). El Imperio ruso se expandió hacia Siberia y hacia el sur, y ocupó la zona de Asia central.
Aunque China no fue ocupada por ningún país, los ingleses consiguieron establecer algunos enclaves comerciales como Hong Kong. Entre 1885 y 1911, otras potencias (Francia, Estados Unidos, Alemania, Rusia, Japón) obtuvieron también zonas de influencia en China.
2.3. La resistencia a la conquista
La superioridad técnica y militar de las metrópolis comportó que la conquista de las colonias fuese rápida. Sin embargo, se produjeron algunas revueltas de los pueblos autóctonos contra la ocupación extranjera. Algunas de las más significativas fueron:
- En 1857, los cipayos (soldados indios encuadrados en el ejército británico) se rebelaron contra el dominio británico, pero fueron derrotados.
- En el sur de África, las tribus zulúes se resistieron a la conquista británica y en 1879 se inició una guerra. Tras unas primeras derrotas, los colonizadores consiguieron imponerse.
- En 1899 estalló en China la revuelta de los bóxers con el objetivo de expulsar a los extranjeros. Fue sofocada por la actuación conjunta de diversas potencias (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Rusia...).


3.La organización de los imperios coloniales
3.1. La administración de las colonias
Una vez explorados y conquistados militarmente, los territorios quedaban bajo la administración de la metrópoli. Según el número de pobladores procedentes de la metrópoli, se distinguen las colonias de explotación, con una población emigrada escasa que ejercía el control político y económico, y las colonias de poblamiento, que recibían un fuerte número de población metropolitana.
La organización del gobierno colonial no fue homogénea, pero en todos los casos la metrópoli tenía el control de aspectos cruciales de la organización política, económica y social.
Los principales tipos de dominación fueron:
- Colonia: el territorio conquistado no tenía gobierno propio y dependía totalmente de la metrópoli. El gobernador, un reducido grupo de funcionarios y un ejército de ocupación ejercían el control.
Este tipo de administración directa se ejerció en Ia India británica, en el Congo Belga, en África Ecuatorial Francesa y África Occidental Francesa.
- Protectorado: el territorio conservaba un gobierno indígena, aunque gran parte de las funciones importantes eran ejercidas por la metrópoli, como el mando del ejército y la política exterior. Egipto y Birmania fueron protectorados británicos, y Marruecos, Túnez, Laos y Camboya, protectorados franceses.
- Dominio: el territorio tenía una organización política propia, pero estaba bajo soberanía británica. EI dominio se estableció en las colonias de poblamiento británicas: Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Ia Unión Sudafricana.
- Concesión: era una zona cedida a la metrópoli durante un tiempo determinado. Se trataba de enclaves comerciales, como Hong Kong y Shangái, o zonas con recursos mineros o petrolíferos, en cuyo caso se alquilaba su explotación.
- Enclave estratégico: se trataba de un pequeño territorio situado en un lugar decisivo para asegurar el control marítimo, favorecer el comercio y garantizar la defensa. Singapur, el Canal de Suez y Gibraltar eran enclaves británicos.
- Mandato: era un territorio colonial que había pertenecido a los países vencidos en la Primera Guerra Mundial (Alemania, Imperio turco), y que estaba administrado bajo supervisión de la Sociedad de Naciones. El Líbano y Siria fueron mandatos franceses, e Irak y Palestina, británicos.
- Territorio metropolitano: era una colonia de poblamiento en la que los colonos estaban representados por las instituciones de la metrópoli. Argelia estaba considerada a todos los efectos como una provincia francesa de ultramar y sus habitantes eran franceses de pleno derecho como cualquier provincia.
3.2. El impacto sobre los pueblos colonizados
Los colonizadores establecieron como prioridad sus intereses económicos o políticos, e ignoraron la historia y los rasgos propios de las poblaciones indígenas (tribales, religiosos o lingüísticos).
En el ámbito económico
La presencia occidental significó la imposición de una economía de mercado con condiciones comerciales favorables a la metrópoli . También comportó la expropiación de tierras a los nativos para crear grandes plantaciones, lo cual supuso un retroceso de la agricultura de subsistencia en favor del monocultivo de productos de exportación (cacao, caucho, algodón,café...), la expoliación de las riquezas naturales (minerales, metales preciosos, petróleo...), y el inicio de una dependencia económica.
Las metrópolis impulsaron la construcción de grandes infraestructuras para explotar y comunicar los territorios conquistados. Aunque los nuevos medios de comunicación favorecieron el transporte de alimentos en épocas de crisis y el desarrollo de la economía local, no mejoraron las condiciones de vida de los nativos, que subsistían en condiciones de semiesclavitud.
En el ámbito político y social
La administración colonial puso fin a las estructuras y jerarquías tribales tradicionales e impuso una nueva élite dirigente, formada por europeos que gozaban de privilegios. Estos solo tenían contacto con las élites locales a cambio de su fidelidad (corrupción por un tubo)
El establecimiento de limites entre imperios unió a etnias enfrentadas o dividió antiguas naciones, al crear numerosas fronteras artificiales. Ello generó multitud de conflictos, muchos de los cuales se han mantenido hasta nuestros días.
La introducción de vacunas y medidas higiénicas y la construcción de hospitales por parte de los misioneros redujeron la mortalidad y favorecieron el aumento de la población. Sin embargo, el desequilibrio entre población y recursos provocó problemas de abastecimiento de alimentos y hambrunas, que marcaron el inicio de una falta de alimentación crónica en gran parte de África y Asia que hoy aunque menos que hace un siglo siguen arrastrando las tasas más altas de mortalidad y de mortalidad infantil.
En el ámbito cultural
La imposición de las lenguas (sobre todo inglés y francés), del cristianismo y de las formas de vida europeas afectaron a las creencias y tradiciones de las poblaciones autóctonas. En África, donde predominaba la cultura oral, se produjo una notable aculturación (pérdida de su cultura) y una mayor pérdida de identidad que en Asia, donde civilizaciones como la china o la india contaban con un legado milenario.
Si bien la difusión de la enseñanza contribuyó a la alfabetización de los nativos, su principal objetivo era inculcar la superioridad de los valores de la civilización occidental.
- El uso de dos nuevas fuentes de energía, la electricidad y el petróleo, destronó al carbón. La electricidad, más limpia y barata, tuvo múltiples aplicaciones: Ia industria (maquinaria), las telecomunicaciones (teléfono, telégrafo,radio), el alumbrado (bombilla), el ocio (fonógrafo, cinematógrafo) y el transporte.
- Los nuevos medios de transporte redujeron el coste y Ia duración de los viajes. La electricidad se aplicó al ferrocarril y renovó el transporte urbano (tranvía y metro). El petróleo y sus derivados tuvieron su principal aplicación como combustible del motor de explosión en los primeros automóviles, en los barcos y en la aviación, que empezó a desarrollarse a principios del siglo XX.
- La expansión de redes de telegrafía y el teléfono permitieron Ia difusión instantánea de información frente al antiguo correo postal.
- El desarrollo de nuevos productos (vidrio, fibras artificiales, abonos y tintes químicos, caucho, explosivos), junto al de las nuevas fuentes de energía, impulsó nuevos sectores productivos. La industria siderúrgica creció por Ia producción masiva de aluminio y acero en la construcción de buques, y la metalúrgica, gracias a Ia fabricación de automóviles y aparatos eléctricos.
Estas innovaciones tecnológicas estuvieron acompañadas de una nueva organización del capital y del trabajo con la aplicación del taylorismo (1), que activó un proceso de concentración industrial.

1.2. El aumento del comercio
La segunda gran oleada industrializadora conllevó un aumento del comercio y Ia renovación de los sistemas de venta.
El volumen del comercio internacional se multiplicó por siete entre 1850 y 1914, gracias a los progresos del transporte (redes de ferrocarriles transcontinentales, apertura de los canales de Suez en 1869 y Panamá en 1914) y la producción masiva de bienes cada vez más diversificados, que permitió una reducción de su precio.
El comercio interior también conoció una gran expansión. El aumento de los salarios obreros y los nuevos sistemas de venta (a plazos y mediante préstamos bancarios) inauguraron la era del consumo de masas que se desarrolló en la década de 1920. La necesidad de generar más consumidores para absorber el aumento de la producción revolucionó los sistemas de venta. Así aparecieron los grandes almacenes, unas superficies comerciales polivalentes que ofrecían una gran variedad de productos, a precios más bajos que las tiendas tradicionales.
1.3. Crecimiento demográfico y migraciones
La mejora de la dieta como resultado del descenso de los precios de los alimentos, Ios progresos médicos y sanitarios (vacunación, control de las aguas...) para combatir las grandes epidemias (tifus, cólera...) y el desarrollo económico estimularon una nueva fase de crecimiento de la población europea.
El descenso de Ia mortalidad, especialmente de la infantil, permitió el aumento de la esperanza de vida. Aunque las tasas de natalidad iniciaron un paulatino descenso, entre 1850 y 1914 la población europea conoció el mayor aumento de su historia: de 275 millones de habitantes a 460.
El aumento demográfico fue acompañado de una reducción del empleo ante la gran depresión agraria en Europa, provocada por Ia llegada de granos y otros alimentos más baratos desde América y Rusia. Ello provocó un gran aumento de la emigración, alentada por Ia posibilidad de progresar en el Nuevo Mundo.
Entre 1880 y 1915, de los más de 32 millones de europeos que abandonaron el continente, un 59,4% se dirigió a Estados Unidos. Paralelamente, entre 1800 y 1914, seis millones de rusos cruzaron los Urales para establecerse en Siberia.


2. La formación de imperios coloniales
A finales del siglo XIX, el avance de la industrialización y la competencia entre países empujó a las principales potencias europeas a conquistar y colonizar sistemáticamente amplias zonas del mundo (imperialismo). Las motivaciones que llevaron a los europeos a la creación de imperios coloniales son diversas.
Políticas y demográficas
El dominio de los mares y la posesión de colonias eran signo de poder político y de prestigio internacional. Además, las colonias se convirtieron en enclaves estratégicos de las potencias europeas para incrementar su poder militar en todos los continentes.
Por otra parte, los territorios conquistados permitieron el establecimiento de muchos europeos que en sus países de origen no prosperaban. Aunque la mayor parte de la emigración de este periodo se dirigió hacia América o Australia, algunas colonias como Argelia se convirtieron en importantes asentamientos de colonos europeos.
Económicas
Europa dominaba la economía mundial y sus industrias aspiraban a ampliar los mercados para vender sus excedentes de producción y asegurarse el abastecimiento de materias primas, se buscaba el beneficio económico.
Con este fin, los europeos pusieron en explotación los recursos coloniales aprovechando el bajo coste de Ia mano de obra indígena. Se apropiaron de enormes territorios para establecer plantaciones (cacao, té, azúcar, caucho, café...), pusieron en explotación los recursos mineros (cobre, oro, diamantes...) y construyeron grandes infraestructuras para facilitar su transporte (lineas ferroviarias, carreteras...).

Culturales e ideológicas
En el siglo XIX, las expediciones geográficas impulsadas por sociedades científicas dieron a conocer la existencia de territorios inexplorados hasta entonces y de formas de vida y culturas muy diferentes a las de Europa.
La conquista colonial, que aprovechó las rutas abiertas por los exploradores, se apoyaba en una concepción racista basada en la superioridad de la raza blanca. Los europeos consideraban que los africanos o asiáticos eran razas inferiores y salvajes, por lo tanto había que obligarles a abrazar la religión correcta (Cristianismo) y la cultura adecuada (Europea) para sacarlos de su "barbarie" ("La carga del hombre blanco", según Rudyard Kipling).

2.2. La expansión colonial
En el último tercio del siglo XIX, las potencias europeas se lanzaron a la conquista de extensas zonas de África y Asia. La rivalidad entre potencias desató una verdadera carrera colonial por conquistar y dominar nuevos territorios.
África, un territorio relativamente poco poblado, fue el continente más colonizado. En él rivalizaron el proyecto británico (dominio de la fachada oriental de norte a sur) y el proyecto francés (dominio de una franja de este a oeste).

Más tarde otros Estados (Alemania, Bélgica, Portugal...) también se asentaron en África. Ante la creciente rivalidad se convocó la Conferencia Internacional de Berlín (1885), que estipuló las condiciones para ocupar nuevos territorios por parte de las metrópolis y estableció las diferentes zonas de influencia.

En Asia, la colonización británica se centró en la India, donde la Compañia Británica de las Indias Orientales poseía desde el siglo XVII algunos enclaves (Madrás, Calcuta y Bombay). En 1876, Ia reina Victoria fue proclamada emperatriz de la India, considerada la "joya de la Corona". Los británicos también se expandieron por Birmania y Malasia y controlaron Australia.
Francia tuvo su centro de expansión en lndochina, donde en 1887 estableció la Unión Indochina (actuales Vietnam, Laos y Camboya). El Imperio ruso se expandió hacia Siberia y hacia el sur, y ocupó la zona de Asia central.
Aunque China no fue ocupada por ningún país, los ingleses consiguieron establecer algunos enclaves comerciales como Hong Kong. Entre 1885 y 1911, otras potencias (Francia, Estados Unidos, Alemania, Rusia, Japón) obtuvieron también zonas de influencia en China.
2.3. La resistencia a la conquista
La superioridad técnica y militar de las metrópolis comportó que la conquista de las colonias fuese rápida. Sin embargo, se produjeron algunas revueltas de los pueblos autóctonos contra la ocupación extranjera. Algunas de las más significativas fueron:
- En 1857, los cipayos (soldados indios encuadrados en el ejército británico) se rebelaron contra el dominio británico, pero fueron derrotados.
- En el sur de África, las tribus zulúes se resistieron a la conquista británica y en 1879 se inició una guerra. Tras unas primeras derrotas, los colonizadores consiguieron imponerse.
- En 1899 estalló en China la revuelta de los bóxers con el objetivo de expulsar a los extranjeros. Fue sofocada por la actuación conjunta de diversas potencias (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Rusia...).


3.La organización de los imperios coloniales
3.1. La administración de las colonias
Una vez explorados y conquistados militarmente, los territorios quedaban bajo la administración de la metrópoli. Según el número de pobladores procedentes de la metrópoli, se distinguen las colonias de explotación, con una población emigrada escasa que ejercía el control político y económico, y las colonias de poblamiento, que recibían un fuerte número de población metropolitana.
La organización del gobierno colonial no fue homogénea, pero en todos los casos la metrópoli tenía el control de aspectos cruciales de la organización política, económica y social.
Los principales tipos de dominación fueron:
- Colonia: el territorio conquistado no tenía gobierno propio y dependía totalmente de la metrópoli. El gobernador, un reducido grupo de funcionarios y un ejército de ocupación ejercían el control.
Este tipo de administración directa se ejerció en Ia India británica, en el Congo Belga, en África Ecuatorial Francesa y África Occidental Francesa.
- Protectorado: el territorio conservaba un gobierno indígena, aunque gran parte de las funciones importantes eran ejercidas por la metrópoli, como el mando del ejército y la política exterior. Egipto y Birmania fueron protectorados británicos, y Marruecos, Túnez, Laos y Camboya, protectorados franceses.
- Dominio: el territorio tenía una organización política propia, pero estaba bajo soberanía británica. EI dominio se estableció en las colonias de poblamiento británicas: Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Ia Unión Sudafricana.
- Concesión: era una zona cedida a la metrópoli durante un tiempo determinado. Se trataba de enclaves comerciales, como Hong Kong y Shangái, o zonas con recursos mineros o petrolíferos, en cuyo caso se alquilaba su explotación.
- Enclave estratégico: se trataba de un pequeño territorio situado en un lugar decisivo para asegurar el control marítimo, favorecer el comercio y garantizar la defensa. Singapur, el Canal de Suez y Gibraltar eran enclaves británicos.
- Mandato: era un territorio colonial que había pertenecido a los países vencidos en la Primera Guerra Mundial (Alemania, Imperio turco), y que estaba administrado bajo supervisión de la Sociedad de Naciones. El Líbano y Siria fueron mandatos franceses, e Irak y Palestina, británicos.
- Territorio metropolitano: era una colonia de poblamiento en la que los colonos estaban representados por las instituciones de la metrópoli. Argelia estaba considerada a todos los efectos como una provincia francesa de ultramar y sus habitantes eran franceses de pleno derecho como cualquier provincia.
3.2. El impacto sobre los pueblos colonizados
Los colonizadores establecieron como prioridad sus intereses económicos o políticos, e ignoraron la historia y los rasgos propios de las poblaciones indígenas (tribales, religiosos o lingüísticos).
En el ámbito económico
La presencia occidental significó la imposición de una economía de mercado con condiciones comerciales favorables a la metrópoli . También comportó la expropiación de tierras a los nativos para crear grandes plantaciones, lo cual supuso un retroceso de la agricultura de subsistencia en favor del monocultivo de productos de exportación (cacao, caucho, algodón,café...), la expoliación de las riquezas naturales (minerales, metales preciosos, petróleo...), y el inicio de una dependencia económica.
Las metrópolis impulsaron la construcción de grandes infraestructuras para explotar y comunicar los territorios conquistados. Aunque los nuevos medios de comunicación favorecieron el transporte de alimentos en épocas de crisis y el desarrollo de la economía local, no mejoraron las condiciones de vida de los nativos, que subsistían en condiciones de semiesclavitud.
En el ámbito político y social
La administración colonial puso fin a las estructuras y jerarquías tribales tradicionales e impuso una nueva élite dirigente, formada por europeos que gozaban de privilegios. Estos solo tenían contacto con las élites locales a cambio de su fidelidad (corrupción por un tubo)
El establecimiento de limites entre imperios unió a etnias enfrentadas o dividió antiguas naciones, al crear numerosas fronteras artificiales. Ello generó multitud de conflictos, muchos de los cuales se han mantenido hasta nuestros días.
La introducción de vacunas y medidas higiénicas y la construcción de hospitales por parte de los misioneros redujeron la mortalidad y favorecieron el aumento de la población. Sin embargo, el desequilibrio entre población y recursos provocó problemas de abastecimiento de alimentos y hambrunas, que marcaron el inicio de una falta de alimentación crónica en gran parte de África y Asia que hoy aunque menos que hace un siglo siguen arrastrando las tasas más altas de mortalidad y de mortalidad infantil.
En el ámbito cultural
La imposición de las lenguas (sobre todo inglés y francés), del cristianismo y de las formas de vida europeas afectaron a las creencias y tradiciones de las poblaciones autóctonas. En África, donde predominaba la cultura oral, se produjo una notable aculturación (pérdida de su cultura) y una mayor pérdida de identidad que en Asia, donde civilizaciones como la china o la india contaban con un legado milenario.
Si bien la difusión de la enseñanza contribuyó a la alfabetización de los nativos, su principal objetivo era inculcar la superioridad de los valores de la civilización occidental.

(1)- El Taylorismo era un método de trabajo en las fabricas que consistía en simplificar las operaciones que el trabajador debía hacer para ahorrar tiempo,un trabajador se especializaba en una cosa , abaratando así costes de producción y precios. Luego vino el Fordismo con el fabricante de coches Henry Ford, se mezclaba el Taylorismo con incentivos económicos a los obreros.




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